Majestuosa, imponente, sobria, templada como el duro acero, esa es Troya una de nuestras águilas, silenciosa, corta el aire presta a posarse suavemente sobre el puño del novio portando sobre sus poderosas garras, los delicados anillos de compromiso, al llegar al puño, con la misma suavidad con la que se ha posado sobre el guante, entrega los anillos al novio, tras un segundo y una vez realizado su trabajo, parte en vuelo buscando a su señor el maestro cetrero que la espera impaciente para acariciar su delicado plumaje tras haber realizado su trabajo de forma impecable.
Imposible imaginar algo tan bello si no se vive.
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